La Villa del Samán, Municipio de Alcalá, Valle del Cauca, Colombia, 2019
¡Ya los ríos tienen dueño! Ya no son de todos nosotros para vivirlos, para sonreírlos, para recrearnos, para pescarlos, para barequiarlos, para recorrerlos, para abrisarnos…
¡No!
Ahora resulta que cualquier Estado perverso de este planeta y sus instituciones hacen las leyes para alinearse con los proyectos que les interesan a los inversionistas poderosos. Legitiman así el despojo “contra esa masa de humanos amorfa e incapaz de defenderse que convive con los recursos naturales ¡ellos son un gasto!”. Esas comillas las pongo yo imaginándome una reunión del Club de los Poderosos girando un globo terráqueo desde Rusia hasta la Patagonia pasando por Colombia y priorizando sus deseos…
Y ahora también sabemos que nos despojarán de todo. Lo quieren todo para ellos y se han apoderado de todo lo que es de todos, de lo que es bien común. Lo que la vida desde que es vida nos ha ofrecido para todos. Ellos, protegidos por la Ley y por los Ejércitos creados por ellos mismos para que legitimen ese Estado de criminales leguleyos. “El que tiene el oro hace las leyes” escribe Robert Kiyosaki una y otra vez en sus libros de educación financiera.
La tecnología al servicio del bienestar del hombre es algo que nos llena de sano orgullo. Pero la decisión de matar un río y la vida que contiene su cuenca, incluida la sociedad que subtiende, son palabras mayores. Y el río también es la gente que lo vive. Y todo lo vivo que hay allí. Es su hogar.
¿El motivo? Se les hace agua la boca imaginando la energía que van a obtener y a vender a compradores internacionales. También pensar cómo utilizarán los recursos públicos para no desacomodar los suyos, cómo crearán sociedades, por ejemplo, la Sociedad Promotora de la Hidroeléctrica Pescadero S.A. en 1997, y cómo la transformarán armando y desbaratando empresas de servicios públicos y finalmente… moviendo el porcentaje accionario y las coimas que es donde está el billete!!! Si por algún desafortunado motivo, por ejemplo un efecto en cascada o dominó por mezclar corrupción con lo que sea, en este caso ingeniería supina, las pérdidas recaerán sobre los dineros públicos.
Los dueños de los ríos ahora son… los grandes Fondos Transnacionales de Inversión sin rostro, los Estados criminales y corrompidos donde frentean presidentes de todos los calibres y calañas, comenzando en los gobiernos y terminando en las juntas directivas desde la A hasta la Z. Senadores, legisladores, autoridades ambientales y hasta los 69 accionistas privados de Hidroituango, los que dicen… ¡“ pa’las que vengan papá… “!
Pero…¿cómo hemos llegado a dejar en nombre de esas leyes espurias nuestra vida, nuestro legado de ser libres y no esclavos modernos enjaulados por un sistema mundial perverso?
¿En qué momento perdimos el poder para controlar esos enemigos de la humanidad? ¿Cuál fue el proceso que nos convirtió en cobardes incapaces de defender nuestra vida digna? ¿Será porque nos mataron lista en mano 357 ribereños frente a sus familias? ¿Porque nos matan selectivamente de uno en uno como a los 375 líderes comunitarios en un año? ¿Porque les debemos impuestos al Estado y dinero a los bancos? ¿Porque podemos caer en las manos de una dictadura con un sanguinario dictador al frente? ¿Porque pensamos que las cosas son así y no las podemos cambiar? O ¿porque pensamos que si nuestros dirigentes están bien nosotros estaremos bien y debemos ayudarlos?
Este sistema perverso mundial dijo “la Amazonía es mía” y a ella se hizo porque tiene dinero para comprarla, para talarla, para cicatrizarla, para extraerle sus recursos. Y dice el Sistema: “Santurbán es mío porque tengo dinero y concesiones legales para extraerle minerales” y lo perfora como un queso y lo envenena porque es más barato y lo protege la Ley. Y dice “el Río Cauca es mío. Hago lo que quiero con él porque puedo y porque me va a hacer más rico” y lo hace porque tiene el dinero – propio o de nosotros – y tiene la institucionalidad colombiana alineada a su lado.
Tan pronto ponen el ojo en un bien que desean – por ejemplo el Río Magdalena para montar un tándem de siete represas arrancando por El Quimbo – las comunidades que allí viven pasan a ser enemigos del desarrollo, criminales, terroristas, guerrilleros o auxiliares de la guerrilla, bacrim, idiotas nacidos imbéciles. Y el Estado corre a hacer las leyes, los decretos, las resoluciones para proteger a los inversionistas y ponerlos del lado de la Ley, donde la normatividad acomodada a los grandes capitales es infinita y dúctil. Además, los costos de sus abogados – que nunca pierden- son pagados por nosotros, la otra gente. El que pierde paga.
Y montan con el Estado un discurso de democracia amañada que avergüenza. Y nos manipulan con la ayuda de sus medios de comunicación haciéndonos creer que el desarrollo que ellos pregonan es bueno para todos nosotros y que sin ese desarrollo nos destruiremos. Y saber que lo que están haciendo es despojarnos de todo lo que nos pertenece, a lo que tenemos derecho solo por nacer!!
Paremos este Holocausto Silencioso!!! Digamos basta!! Que la gota que derrame nuestra paciencia sean los oprobios a los que han sometido la Cuenca del Río Cauca y sus habitantes.
Los ríos son de todos!!! Los ríos no tienen dueños!!! Las hidroeléctricas no son dueñas de los ríos, ni tampoco sus accionistas. ¡¡Será El Pueblo contra Hidroituango!! Vamos a desarmar ese engendro llamado Hidroituango!!! Rompamos esas cadenas con las que desde hace 11 años los inversionistas vienen torturando la vida del río y sus gentes.
Se demoraron 50 años planeándolo y algo les salió mal. No les sigamos el juego con sus discursos técnicos que si unos centímetros más arriba de agua se volverá a tener el control de la Central Hidroeléctrica. Ellos y sus medios de comunicación desean que todos estemos pendientes de esos centímetros. Y que nos olvidemos que ellos se hicieron dueños del río. Y así no es!! El río es de todos!!!
Vamos a desmantelar Hidroituango pulgada a pulgada de concreto. O entonces la Naturaleza lo hará, como predijo el geólogo profesor de la Universidad Nacional. Y que la historia diga si mantener los ríos libres, los ríos vivos para todos los que los viven, nos apagó el futuro.
Organización Ríos Vivos. Reconocemos su liderazgo. Las lágrimas de Isabel Cristina, su representante, corren como surcos de fuego también por miles de mejillas. Nos acompañaremos todos en el largo y difícil camino de la resistencia no violenta contra esos poderosos criminales.
La meta es difícil: transformar en positiva la connotación hasta ahora negativa del paradigma que dice: “ El que tiene el dinero hace las leyes”.
fuente
https://www.proclamadelcauca.com/hidroituango-o-los-duenos-del-rio/
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https://www.proclamadelcauca.com/hidroituango-o-los-duenos-del-rio/
Hidroituango, cultura ‘traqueta’ en la ingeniería y Cedelca.
La cultura traqueta y paraca se apoderó de la ingeniería colombiana. Las chambonadas de Hidroituango, las torres Space en Medellín, el derrumbe del puente Chirajara en la vía a Villavicencio y el puente arrugado de Santander, para no hablar de los edificios caídos en Cartagena, son una muestra de lo que hacen la unión de empresarios y políticos ambiciosos por maximizar las ganancias con mínima inversión y acelere de tiempo dizque para terminar las obras.
El afán de sacar proyectos adelante cueste lo que cueste con “todas las formas de lucha”, utilizando a los ‘sobrados’ de los paracos para asesinar y enterrar a orillas del río Cauca los restos de líderes que se opusieron a su realización porque ponía en peligro vidas y subsistencia de las comunidades de pescadores, areneros y barequeros asentados en las riberas, como sucedió antes de iniciar las obras en municipios vecinos a la represa de Hidroituango; más la urgencia de obtener ganancias rápidas y con la menor inversión después de emprendidas las obras, al cerrar antes de tiempo dos compuertas habilitadas para desviar las aguas al inicio de los trabajos, son algunas de las principales causas de que este proyecto se haya salido de madre y padre, al verse obligados a encapsular el torrente invernal del río Cauca por la sala de máquinas donde ya habían instalado complejos y costosos equipos; y además de los 9,6 billones inicialmente presupuestados requieran aproximadamente 3 billones adicionales para intentar salvarlo, según calculó el gobernador de Antioquia Luis Pérez.
Este funcionario, en defensa de los intereses del departamento que es el mayor accionista, en declaraciones a Yamid Amad, destacó que al abrirse licitación internacional se presentaron empresas constructoras de China, Italia, Estados Unidos y otros países con experiencia en la construcción de hidroeléctricas, pero su ejecución fue adjudicada a las Empresas Públicas de Medellín, que por primera vez se le medía a un proyecto de tanta envergadura. Las EPM propietarias de la mayoría de hidroeléctricas del país y hasta hace pocos años empresa modelo, con activos superiores a los 20 billones de pesos, en proyectos como Hidroituango y en Chile (acueducto de Antofagasta) ha tenido tropiezos que debilitan su patrimonio e ingresos de sus principales accionistas: el Departamento de Antioquia y el Municipio de Medellín, que gracias a cuantiosos dividendos anuales han dispuesto de recursos extras para emprender importantes obras de infraestructura en sus territorios.
Como directo ejecutor del proyecto, EPM aseguró en el exterior la obra. Con los dineros que cobre debe responderle al Departamento de Antioquia por los recursos que invirtió y el lucro cesante, pues de ser rescatada la casa de máquinas y reforzada la montaña para que no se derrumbe, la hidroeléctrica sólo empezaría a generar energía con tres años de retraso, poniendo en peligro la autosuficiencia hidroeléctrica del país y propiciando futuras alzas al precio de energía, al depender en mayor proporción de las carboníferas y gasoeléctricas.
La concentración del manejo energético en grandes empresas y especialmente las hidroeléctricas construidas en el departamento de Antioquia, ha sido una política constante desde hace más de 40 años y fortalecida durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, cuando respaldó el inició de las obras en Hidroituango.
Previamente, en otros departamentos del país y siguiendo la política neoliberal de privatizar las empresas del Estado, el primer gobierno de Uribe, apuntalado en la funcionaria del ministerio de Hacienda Eva María Uribe, favoreció la intervención y entrega a poderosos grupos económicos que respaldaron su candidatura, de empresas departamentales como Cedelca, exprimida durante décadas por las casas Iragorri (liberal) y Valencia (conservadora) limitándole su capacidad de recuperación y saneamiento administrativo y financiero al entregar la venta de energía, primero a la CEC y después a la CEO, y el manejo de las microcentrales al ‘sindicato’ patronal y de oscuros manejos de la UTEN, mientras vendían a menor precio la hidroeléctrica de Patico, la mayor generadora del departamento.
Para acabar de debilitar a Cedelca y las finanzas de los socios regionales de la empresa, devaluaron las acciones del departamento del Cauca y los municipios, no reconocieron lo aportado durante años por los usuarios con la sobretasa al impuesto predial descontada mensualmente en los recibos, castrando su capacidad para liderar proyectos hidroeléctricos con gran potencial y en zonas con escasa población, como las hidroeléctrica del Micay en el Pacífico, con estudios avanzados desde la CRC, y la del río Caquetá, en la Bota caucana, con potencial energético mayor que el de Hidroituango.
Hay que repensar la política energética del país y sus fuentes.
A EMCALI, que también había sido intervenida no la desmantelaron como hicieron con Cedelca, limitada a cobrarle el arriendo a la CEO y manteniendo a una costosa burocracia manejada por políticos locales.
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