Otro problema, es –siempre con excepciones– la banalidad de los contenidos que se ha impuesto en general.
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“El drama y principal problema del periodismo actual es la falta de independencia de los profesionales”. Así de rotunda se muestra la veterana periodista Rosa María Artal, que pone como ejemplo los informes de la Asociación de la Prensa de Madrid. “Hasta el 75% de los periodistas confiesa que cede a las presiones por miedo a represalias y un 57% reconoce que se autocensura. Es gravísimo porque en esas condiciones la credibilidad está seriamente resentida. Sin duda, las empresas y la dirección son los responsables máximos pero los periodistas también deberían pensar que la sociedad no tiene la culpa y sí el derecho a la información. Y que tiene consecuencias”.
Otro problema, según la periodista, es –siempre con excepciones– la banalidad de los contenidos que se ha impuesto en general: “Se huye de los temas densos y se encuentra denso casi todo lo que lleva a la reflexión. Es un periodismo de impactos, de titulares, de clicks, de textos cortos para no cansar”. La culpa, señala Artal, es de las fake news, intencionadas por definición.
Y otra cuestión preocupante, según su análisis, es el intrusismo profesional: “Y me refiero con ese término a los profesionales de la manipulación que se hacen pasar por periodistas solo porque aparecen en tertulias televisadas. Han dañado enormemente el concepto de periodismo”.
La periodista confía, no obstante, en el futuro, en que se toque fondo: “Especialmente con esta locura que nos invade que acepta como normal la ultraderecha, y cree sus patrañas. A ver si es posible que la ciudadanía más tibia reaccione ante sus propios quebrantos y busque los datos precisos que le ayuden a tomar decisiones libres y responsables. Y eso lo hace el periodismo independiente. El periodismo, vamos. La verdad se encuentra en la información”.
Partiendo de la premisa de que el periodismo no es gratis, Artal cree que serán necesarias fusiones: “Con menos cantidad de medios y una financiación inteligente y pragmática sí se puede funcionar y hay ejemplos de ello. El buen periodismo se agradece, hay muchos ciudadanos que lo buscan y lo valoran. Y es importante señalarlo. Yo lo constato en eldiario.es, donde escribo. Pero la labor disuasoria de otros medios, las televisiones en grado sumo, caminan en dirección contraria”.
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